Navegando por la red, me encuentro con un artículo de
Cecilia Marín, el cual me ha parecido muy curioso y gracioso al mismo tiempo y con los tiempos que corren, valga la redundancia, unas risas no vienen nada mal, asi que he tomado la decisión de publicar esta entrada para compartirlo con todos vosotros.
Según dice en su artículo, en las comedias estos personajes nos hacen mucha gracia, pero en la realidad nos sacarían de nuestras casillas. También dice muy acertadamente que la comedia es el único género que es capaz de convertir a alguien detestable en alguien querido, lo que me lleva a pensar en el gran trabajo realizado por parte de los guionistas, ya que crean un personaje de la nada, que acaban intrepretando actores y actrices que en la mayoría de ocasiones su carácter tiene poco o nada que ver con el papel que interpretan. Pone como ejemplo a los guionistas encargados de dar vida a Mauricio Colmenero, Antonio Recio o Sheldon Cooper, por ejemplo.
Aquí va un repaso por algunos de los protagonistas de series de comedia muy queridos por el público, pero que en la vida real serían perfectamente como dice Cecilia, abofeteables.
Mauricio Colmenero: El jefe que a nadie le gustaría tener. Machista, fascista, xenófobo, homófobo -a pesar de tener un hermano gay-, frecuente en los prostíbulos, pervertido y explotador, Mauricio Colmenero es la antítesis a todo lo que nos gustaría ser o encontrarnos por la calle. Un cincuentón soltero que regenta un bar cutre de barrio y que se cree por encima del bien y del mal que, como personaje, ha conquistado a la audiencia durante 10 temporadas en la serie Aída. Su frase ‘Igualdad, tolerancia, respeto, compañerismo, juego limpio… Con todo eso me limpio yo el culo’ le define a la perfección.
Antonio Recio: Encarna lo peor de un ser humano. De carácter retrógado, también es xenófobo, homófobo -algo a lo que tiene que hacer frente al tener un hijo homosexual- y facha. Como Jordi Sánchez, el actor que da vida a este personaje, nos contó en la presentación de la nueva temporada de La que se avecina, ‘aunque como persona es detestable, Antonio como personaje es un bombón’. El rancio tiene todo los defectos del mundo concentrados en un solo señor, lo que le convierte en un personaje exquisito para el público. ‘Yo no soy racista, soy ordenado. Si Dios nos separó en continentes por algo sería’, aseguró Antonio en un episodio. Y es que él mismo se hace llamar El caudillo de Montepinar.
Sheldon Cooper: El personaje que le valió a Jim Parsons un Globo de Oro y un Emmy seguramente sea el preferido de la audiencia de The Big Bang Theory, pero si nos imaginamos tenerlo como amigo o familiar -lo cual es peor, porque la familia no se elige, te toca- la cosa cambia. No soportaríamos pasar más de media hora en una habitación con Sheldon Cooper sufriendo sus agotadoras manías, hipocondría, egocentrismo e intolerancia. Se dice que Sheldon padece Asperger, pero ni por esas nos sentimos compadecidos de él. ‘¡Claro que no soy Newton! ¡Yo habría descubierto la gravedad, aun sin la manzana!’,’¡Zas! en toda la boca, Toc, toc, toc, Penny, son algunas de sus frases míticas.
Ted Mosby: El mismo dilema tuvimos entre el cargante Ted Mosby y el crack de Barney Stinson. Y escogimos al segundo porque es el que más simpatía nos despierta en la serie, pero al que no aguantaríamos en la vida real – a Ted Mosby, tampoco; pero vamos a intentar no apalear aunque sea por una vez al que posiblemente es uno de los personajes protagonistas más odiados y sin carisma de la última década-. Barney Stinson, al menos al principio de la serie, es un personaje manipulador, mujeriego, oportunista y sin escrúpulos que utiliza todas las triquiñuelas habidas y por haber con tal de conseguir su más preciado fin: acostarse con cuantas más mujeres, mejor. Incluso tiene un libro de jugadas llamado Playbook en el que apunta sus técnicas.
Balki Bartokomous: Era el primo lejano de Larry (o primo Lary) en la comedia Primos lejanos. Un pastor griego que se muda a Estados Unidos sin dominar correctamente el idioma, con un evidente choque cultural y con una obsesión: su oveja de peluche. Irritante, moralista en exceso y con una mentalidad de un niño de 7 años, su frase ‘¡Claro que sí! No seas ridículo, primo Larry’ todavía permanece en el imaginario colectivo después de casi dos décadas.
Steve Urkel: Si hay un personaje que detestaríamos en la vida real tanto por su voz, como por sus andares, como por su conducta, ese es Steve Urkel, de Cosas de casa. Su ‘¿He sido yo?’ irritaba tanto a la audiencia como a los Winslow, un singular personaje, empollón, friki y torpe -muuuy torpe- que sacaba de quicio a todos; en especial, a Carl Winslow. ¿Quién no recuerda aquel ‘Uno, dos y tres, cuatro, cinco y seis, yo me calmaré, todos lo veréis’ que recitaba el padre policía?
Carlton Banks: El pedante primo de Will Smith en El Príncipe de Bel-Air tampoco podía faltar en esta lista. Carlton Banks nos enamoró con su pasión por Tom Jones, a cuyo ritmo bailaba su Baile de Carlton, pero en nuestras vidas hubiera sido una persona bastante detestable. Obsesivo, redicho y conservador, le salva que tenía muy buen corazón.
Charlie Sheen: ¿Dónde termina el Charlie de Dos hombres y medio y dónde empieza Charlie Sheen? Ambos son solteros, alcohólicos, caraduras y mujeriegos, así que en este caso es difícil separar a la persona del personaje. A pesar de gozar de una gran popularidad entre el público, tan hartos acabaron los productores de la serie de Charlie Sheen que fue despedido de manera fulminante e incluso se regodearon en este hecho provocando la muerte de su personaje.
Estela Reynolds: A principios de 2009 Antonia de San Juan, se incorporó a La que se avecina recuperando el setentero nombre artístico de Estela Reynolds, interpretando a la excéntrica madre de Lola (Macarena Gómez). No la querrías tener ni como vecina ni mucho menos como suegra y una de sus frases típicas es ‘Fernando Esteso me chupó un pezón.’
Vía MSN Personajes cómicos a los que detestaríamos en la vida real, aunque me he permitido el eliminar a unos y añadir a otros.
Después de haber visto la galería, piensa: ¿a quién incluirías tú?
Discrepo.
En la vida real serian una de esas personas a las que le permitimos cosas que a otra gente no. ¿Por qué? Por empatia.
La raiz de la comedia es la empatia, cuando algo te hace reir es porque te identificas con ello consciente o inconscientemente (si nos parásemos a pensar el por qué algo nos hace gracia, habría una depresión descomunal en toda la población)
No es tanto por la comedia como género, ni por la virtud de actores que parecen haber nacido para interpretar cierto personaje, ni tampoco por la creatividad de los guionistas.
Es que no nos damos cuenta que ese personaje ha cogido vida propia porque se ha llevado un pedacito de nosotros que nos da vergüenza enseñar a los demás.
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¿Empatía, con esos personajes?, a ver si voy a tener que añadir tu foto, jajaja.
En primer lugar bienvenido al blog Oscar, en segundo lugar decir que dichos personajes crean esa empatía en pantalla, pero en la vida real esos caracteres son de lo peor, ¿tú querrías por ejemplo un Sheldon a cualquier hora en tu puerta, “toc toc toc Oscar, toc toc toc Oscar, toc toc toc Oscar, toc toc toc Oscar”, jajajaja, permíteme que lo dude.
Y para coger vida propia el actor y llevarse un pedacito de nosotros previamente un guionista ha tenido que crear ese personaje y esa historia para que tú, yo o cualquiera cojamos esa empatía de la que hablas.
Gracias por tu comentario, un saludo y espero verte más por aquí.
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Yo quiero un colmenero tiritiri
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Jajaja, pídete uno para reyes Mayte.
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QUIEN no se ha reído en alguna ocasión con alguno de estos personajes?. En la vida real, no sólo los abofetearías, a lo mejor hasta te apetecería lapidarlos, pero los guionistas en confabulación con los actores te hipnotizan y consiguen que te parezcan graciosos. En la serie les perdonarías la vida por imbéciles, pero en la vida real le llevarías a la guillotina, real o televisiva. No sé tú, yo sí.
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Pues si totalmente cierto, me quito el sombrero por los guionistas que consiguen que todos estos personajes aún siendo tan imbéciles en las series, les cojas cariño, precisamente por ese aura de estupidez que los envuelve. Hombre yo a la guillotina real no, pero a la televisiva seguro 🙂
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jajajjajajajj Pues a mi me encanta el Colmenero, el Recio y la Stela Reynols jjajjajajja no se si serán bordes pero como yo no vivo con ellos pues tampoco es que me importe mucho. Y de Steve Urkel que voy a decir, me ha hecho pasar muy buenos ratos. jajajjajaj
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Igual que a Mayte, el Colmenero se lleva la palma jajaja, aunque el Recio tiene tela pero en referencia al resto me quedo con Sheldon Cooper, no no si bordes no son, al contrario nos encanta verlos en la tele y nos reimos muchísimo con ellos, pero… ¿te los imaginas de vecinos? jajaja
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Mi hermano Pedro de pequeño se parecía a steve Urkel, mismas gafas, lo rompia todo,aunque ël decía «Yo no he sido» y mi vecino lo bautizó como Steven Urkel, además siempre estaba en su casa.
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